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Cubría un turno y lo mataron

 

 

La necesidad de ganar unos quetzales extras para sostener a su familia hizo ayer que Saúl Benjamín Oroman Arizandieta, de 19 años, aceptara hacer el turno del piloto titular de un bus de la ruta 37, quien se quedó desayunando en el extremo de buses de la colonia El Amparo de la zona 7 capitalina, sin embargo, la muerte ya le tenía pautada una cita en el Anillo Periférico.

Contento porque llevaría más dinero a su hogar, Oroman Arizandieta condujo la camioneta con varios pasajeros a bordo y, al llegar a las cercanías del puente El Incienso, dos sicarios a bordo de una motocicleta se aproximaron a la puerta del vehículo y dispararon contra el joven chofer, quien murió en el acto.

 

El hecho

El ataque ocurrió en la parada de buses de la pasarela frente de la colonia Los Cerritos, en la zona 7, cuando varias personas se aproximaban a la unidad para ingresar, cuando llegaron dos individuos en una motocicleta. Uno de ellos se acercó a la puerta y, sin mediar palabras y ante la mirada de los testigos, disparó contra el piloto Oroman Arizandieta, quien quedó abatido sobre el motor, mientras el ayudante Luis Enrique Aldana, de 23, resultó herido de bala y los proyectiles también impactaron en el pasajero Jefri Eduardo Galán, de 25, ambos fueron auxiliados por los bomberos municipales, que los trasladaron al Hospital General San Juan de Dios, en la zona 1.

Mientras Olga Alicia Lima, quien viajaba sentada en el sillón atrás del piloto, presenció el ataque, dijo a las autoridades que “el piloto platicaba con un muchacho cuando se escucharon los balazos. Vi caer el piloto. Gracias a Dios no me pasó nada, pero estoy asustada por la experiencia que me ha tocado vivir”.

El ataque ocurrió a las 10:25 horas de ayer, en la camioneta viajaban unas 30 personas, para quienes se convirtió en una pesadilla el ataque, y otras sufrieron crisis nerviosa, ya que el bus circuló unos diez metros hasta que se detuvo al montarse sobre la acera.

 

Escenas de dolor

En la escena del crimen se presentó la señora Marlen Arizandieta, quien reconoció el cadáver de su hijo, a la vez gritaba “qué hicieron con mi patojo, ay Dios mío, no puede ser, por qué lo mataron, era un piloto bien querido por la gente, tenía seis meses que manejaba buses, pues empezó de ayudante”.

Marlen Arizandieta se impactó al enterarse de la muerte de su hijo, Saúl Benjamín Román.

Sobre el motor y con múltiples impactos de bala quedó el cadáver.

Foto 4

Sorprendido por los sicarios, el conductor del bus no pudo escapar. Agentes de la PNC trasladan el cadáver del chofer del bus de la ruta 37.

Fotos: Domingo Tercero

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