La posverdad del Clásico

Luego del Barcelona-Real Madrid, salen muchas conjeturas

Dice Jorge Valdano que “el fútbol es un estado de ánimo”. Y si de esa frase nos valemos, podemos describir que los hinchas culés en la capital catalana, después del clásico Barcelona-Real Madrid del sábado, llevan consigo una indisposición emocional.

Del pesimismo previo, al comienzo de esta semana se respira y ha pasado a un estado de frustración latente, que quizás reciba un paliativo mañana cuando el equipo azulgrana reciba como local al Borussia Mönchengladbach, en la Champions League, pero eso es otra historia. El mal sabor de boca por haber dejado salir vivo al equipo de Zinedine Zidane del Camp Nou se respira en el ambiente. El Barsa quería ganar y recortar la distancia con el líder de la Liga. “Todo o nada”, tituló uno de los diarios deportivos de la ciudad. Pero no fue ni todo ni nada. Con el empate a un gol, el campeonato sigue igual. El Madrid a 6 puntos. La Liga por ahora es merengue. Y el futbol, un estado de ánimo.

Barsa y Real
El técnico del Barsa,Luis Enrique, no encuentra la fórmula ganadora.

La situación emocional culé se vino abajo tras el cabezazo del empate de Sergio Ramos. A lanzamiento de pelota quieta por parte de Luka Modric. “Con esa falta, restando tan poco para terminar el partido, Arda (Turan) se ha comprado medio boleto para jugar en el futbol chino”, decía el vendedor de periódicos la mañana de ayer pospartido, en su kiosko en el passeig Maragall con calle Industria. “No hay razón, que lo vendan ya”. “Hay que recuperar el dinero invertido en él. No ha dado el nivel para estar aquí”, agrega comentando la jugada previa al gol madridista. Pero no solo el kioskero del barrio acusa al turco como culpable del empate in extremis. Luis Enrique, el entrenador del FC Barcelona, lo señaló sin mencionar. “No se pueden hacer faltas a jugadores del Madrid que estén de espaldas a la portería y menos faltando tan poco tiempo para terminar el juego”. Nunca mejor dicho, cabeza de turco.

Barsa y Real
Zinedine Zidane ya suma 33 partidos sin perder.

Se terminó el Clásico 232 de la historia y la posverdad aflora. Se termina 2016 y nos queda que el diccionario Oxford escogió el neologismo posverdad como palabra del año. Posverdad es aquello que está por encima de los llamamientos emocionales o de la creencia personal. ¿La posverdad del posclásico? El equipo de Zidane es conciso, rápido y tiene el factor suerte de su parte. Líder. Por su parte, el cuadro que dirige Luis Enrique es pastoso, lento, y enredado. Segundo. Solo con puntales determinantes como Lionel Messi y Andrés Iniesta, que tendrán que hacer más para sacar adelante el equipo de técnico asturiano. Posverdad.

Barsa y Real
Luis Súarez y Sergio Ramos fueron los anotadores.

Barcelona, un día después del Clásico, amaneció con el cielo nublado. Gris lluvioso. Un clima inestable que dejó caer algunos chaparrones de agua por la ciudad. Cualquiera podría pensar que hasta el tiempo demostró así su frustración frente al resultado del clásico. El futbol es un estado de ánimo. Y la posverdad, la palabra del año. Quizás para 2017 se podría pensar en posclásico. Situación sentimental que depende del marcador que consiga el club del que se es seguidor. Se gane, se pierda o se empate. La pelota como estado de ánimo. Un equipo de futbol como estado de ánimo. Eso es Barcelona a esta hora. Un estado de ánimo a la baja.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *