Editorial

Las cosas que ocurrieron

Los hechos ocurridos ayer, solo vienen a demostrar que existe una clara intención de depurar a las instituciones del Estado, de funcionarios que presuntamente se encuentran implicados en varios delitos. Como muestra de ello, la captura de la magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Blanca Stalling, quien fue sorprendida en una abarrotería de la zona 9 capitalina, disfrazada para no ser reconocida. Por qué el temor de Stalling, por qué colocarse peluca, si bien dice el refrán: “el que nada debe, nada teme”, más en el caso de ella, que bien sabía que de ser ubicada y arrestada iba a ir a parar prisión, pero no recluida en la cárcel para mujeres Santa Teresa en la zona 18, junto la población reclusa en general, sino que iba a contar con el “privilegio” de ser enviada a una cárcel “VIP”, tal y como ocurrió, pues hoy amaneció en el Mariscal Zavala. Lo cierto es que ahora el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) deberán sustentar debidamente su acusación, para que no se les vaya a voltear la tortilla, y probar que la mujer está implicada de lo que la acusan, es decir, en haber presionado a otro colega para que fallara a favor del hijo de la togada.

La aún magistrada perdió el derecho de la inmunidad el pasado 2 de febrero, cuando 119 diputados al Congreso de la República votaron a favor de que le fuera retirada, tal y como lo había solicitado el MP y la CICIG. Para hoy se espera sea llevada de nuevo a la Torre de Tribunales, para que pueda rendir su primera declaración y, al parecer, será a puerta cerrada, y por supuesto habrá un amplio despliegue de seguridad para protegerle. Mientras esto ocurre en el Organismo Judicial, la Policía Nacional Civil (PNC) empieza a tomar más confianza, y sin temor se enfrenta a los sicarios de los extorsionistas, que sin miedo se han enfrentado a balazos con los agentes. Lo bueno es que con la acción de los uniformados se pudo evitar la muerte de varios pilotos y ayudantes, pero estos esbirros del mal se multiplican como hormigas y en todos lados tienen guaridas, por lo que la lucha es frontal y para largo tiempo. Así están las cosas en Guatemala.

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