Editorial

La tentación del dinero fácil, los hace caer

En Guatemala estamos acostumbrados a que varias personas entre más tienen más quieren y, muchas veces, consideran que pueden pasar encima de la ley y salirse con la suya. A pesar de que, al parecer, en determinado momento lo logran, porque luego de que prueban “las mieles” de lo fácil que es hacer el mal, y obtener dinero fácil a cambio, que el hacer daño a otras personas no les va a traer ningún castigo, se meten de cabeza en hacer cosas reñidas con la ley.

Sin embargo, se les olvida que todo en esta vida tiene sus consecuencias, y que nada hay oculto que con el tiempo no pueda salir a luz. Y así, mientras ellos se divierten haciendo el mal, engañando a otros y quedándose con dinero que no les pertenece, son vigilados e investigados celosamente por las autoridades. Esto se aplica a 12 personas detenidas ayer por las fuerzas de seguridad, léase la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público (MP), quienes de nuevo desbarataron una red de mafiosos que enquistados en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), varios de ellos trabajadores de la misma, fueron tentados por los hilos de la corrupción y cayeron en la sutil trampa de la avaricia.

Este grupo durante 3 años, del 2013 hasta 2015, se apoderaron de más de Q117 millones, al permitir de forma fraudulenta el ingreso de mercadería que sí debía pagar impuestos respectivos, pero que hicieron pasar como productos para las maquilas, que están exentas de impuestos. Acá, no solo los ahora detenidos no solo defraudaron al fisco, sino además, la confianza de sus familia, esposas e hijos, al hacer cosas que ahora los han puesto tras las rejas, y que deberán de responder ante la justicia de los delitos que les imputan. Lo cierto, es que el corrupto, sea quien sea y ocupe el puesto que ocupe, cuando ve la oportunidad de “hacerse de unos centavos extras, sin mayor sacrificio”, aprovecha el momento y como se dice, al ver que en las primera veces no le pasó nada, se sienten seguros y siguen haciendo de las suyas.

Pero al final, la maldad que hacen, que bien se podría decir, que los pecados que cometen, no los dejarán en paz y ahora deberán pagar por el daño que le hicieron al Estado de Guatemala, al quedarse con ese dinero, que bien pudo invertirse en medicamentos, en mejorar la calidad de la educación y en la seguridad ciudadana. Pero las capturas de ayer, debe de alertar a los corruptos de “cuello blanco”, para que sepan que la justicia va tras ellos.

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